Visitar las Catacumbas de San Calixto

Visitar las Catacumbas de San Calixto
Una de las visitas más especiales y sorprendentes que se pueden hacer en Roma, es a alguna de las numerosas catacumbas, donde se podrán ver los restos funerarios de hace siglos. No sólo se podrán ver los nichos, si no las inscripciones y decoraciones que había en ellas.
41.860882,12.508709, Catacumbas de Calixto Via Appia Antica, 110/126 Roma

Web: http://www.catacombe.roma.it/es/

Sorprenderá a los visitantes, que muchos de los nichos sean para los niños, ya que la gran mortalidad de la época, hace que sean los más numerosos.

En la visita, un guía nos enseñará las catacumbas, aportando diferentes datos de interés, las hay en español y se incluye en la propia entrada, la durección con la charla previa, durará entre 30 a 40 minutos.

Historia de las Catacumbas

La historia se remonta al Siglo II d.C. y comienzan por la marginación a la que estaban sometidos los cristianos de la época.

En esta época, no se permitía el entierro dentro de la ciudad de Roma, por tanto se debían de realizar fuera del recinto amurallado en concreto en catacumbas subterráneas.

Interior de las catacumbas de San CalixtoMás tarde, en plena época de persecución cristiana, las catacumbas empezaron a usarse como escondites y para poder realizar reuniones clandestinas.

Alrededor de Roma se encuentran desperdigadas más de 60 catacumbas, siendo las de San Calixto de las más importantes, ya que tiene más de 22 km de galerías distribuidas a diferentes pisos, llegando a una profundidad de 20 metros.

Las galerías de San Calixto están ricamente decoradas y se encuentran enterrados algunos de los primeros papas, se cree que hasta 16 de ellos, como mártires como Santa Cecilia.

El nombre de estas catacumbas viene del diácono San Calixto designado, por el Papa Ceferino a principios del siglo III, como administrador de este. De este modo, estas catacumbas se convirtieron en cementerio oficial de la Iglesia Romana.

Muy cerca de estas catacumbas, se encuentran otras muy famosas, las catacumbas de San Sebastiano, en las que se encuentran multitud de inscripciones a San Pablo y San Pedro, donde se cree que están enterrados.

El final de las persecuciones a los cristianos se produjo en el año 313, a partir de esta fecha pudieron empezar a construir iglesias y comprar terrenos, no obstante la costumbre de enterrar a los muertos en catacumbas perduró.

A partir del siglo V, se volvió a la costumbre de enterrar a los muertos en superficie, no obstante las catacumbas siguieron siendo visitadas por los fieles, donde iban a rezar a las tumbas de los mártires.
Las catacumbas fueron dañadas durante los siglos VI, por los godos y el siglo VIII por los lombardos, lo que obligó a trasladar los restos de los mártires dentro de las iglesias dentro de la ciudad, para protegerlas.

Poco a poco, las catacumbas fueron cayendo en el olvido y tras los desmoronamientos y el crecimiento de la vegetación, quedaron totalmente ocultas, llegando a estar totalmente en el olvido en la Edad Media, época en la que no se sabía ni siquiera de su existencia.

Algunas catacumbas volvieron a ser redescubiertas por el arqueólogo maltés Antonio Bosio (1575-1629), pero las de San Calixto no fueron documentadas hasta el año 1852, gracias al trabajo de Giovanni Battista de Rossi, al que se considera padre de la arqueología cristiana.