Mausoleo de Augusto
En su origen este edificio tenía 87 metros de diámetro y estaba recubierto por mármol blanco, en el interior estaba distribuido en pasillos concéntricos, que se unían y donde se podían ir guardando las urnas con las cenizas de las personas que pertenecían a la familia imperial.
Sobre la sala central se elevaban dos tambores circulares superpuestos y que estaba recubierto de tierra para conformar una especie de colina con cipreses.
En lo alto de la tumba estaba la estatua en bronce del emperador, la entrada estaba flanqueada por dos imponente obeliscos, que hoy en día están situados uno en la Plaza Quirinale y el otro en la plaza dell’Esquilino.
Tras la sepultura del emperador Marco Cocceio Nerva a finales del siglo I, el Mausoleo de Augusto dejó de utilizarse. Posteriormente se convirtió en fortaleza en el siglo X, cuando se le doto de foso, en el siglo XVI se convierte en jardín ornamental, en el siglo XVII se dota de un anfiteatro de madera, en el siglo XVIII se convierte en plaza de toros e incluso en el siglo XX se utilizó como viñedo.