Visita a la estación de trenes Grand Central Terminal de Nueva York

Visita a la estación de trenes Grand Central Terminal de Nueva York
La estación de trenes Grand Central Terminal es una de las joyas arquitectónicas que nos guarda Nueva York, con un estilo exquisito y único que hacen de esta estación una de las más famosos del mundo.
40.752712,-73.9771972, 15 Vanderbilt Avenue, Nueva York

Dirección: 15 Vanderbilt Avenue, Nueva York, Estados Unidos

Precio Tour Audio: Adulto $7, Niños $5. 

Actualmente esta estación es la que mayor número de andenes tiene con 44 y 67 vías. Se dividen en dos pisos subterráneos en el primero de ellos con 41 vías y el inferior cuenta con 26.

Interior de Grand Central Terminal

Por Grand Central Terminal pasan todo los días más de 100.000 personas, muchos de ellos son turistas que sólo entrar para verla, hacer fotos, comprar algún recuerdo o comer en alguno de sus restaurantes.

La fachada y edificio en si es muy bonito, pero también destaca su llamativo Vanderbilt Hall, siendo la sala principal de toda la estación con más de 1100 metros cuadrados. Es sin duda uno de los sitios más fotografiados de Grand Central Terminal, donde destacan sus techos y decoración en general.

 Interior de Grand Central Terminal de Nueva York

Interior de Grand Central Terminal de Nueva York

Historia de Grand Central Terminal

Foto de la estación de trenes Grand Central Station tomada en 1913

Esta estación se levanta sobre la antigua estación de trenes Grand Central Station, que fue levantada allá por el año 1871 y por la que muchos aún llaman a esta estación Grand Central Station en vez de Terminal.

Se decidió soterrar las vías y eliminar los viejos trenes a vapor, para lo cual fue necesario erigir otra gran estación, la cual se inauguró en 1871 tras 10 años de obras.

El declive de Grand Central Terminal

En los años 50 se vivió el boom automovilístico que junto a las nuevas zonas residenciales que no estaban comunicadas en tren, supuso que se perdieran muchos pasajeros y entrase en desuso esta estación.

A la vez Manhattan ya no disponía casi de terrenos para construir, lo que disparó el precio del suelo y que muchos pensasen en demoler esta estación para poder vender y explotar los terrenos sobre los que se encontraba.

Para hacer viable la estación se vendió las oficinas que se encontraban detrás de ellas y se construyó en su interior una zona comercial. De la venta de las oficinas, surgió el rascacielos de la Pan Am (ahora MetLife), con sus 59 plantas de altura.